Silbo
Herreño

El silbo herreño fue descubierto en 1891 por el antropólogo francés Joseph Lajard, entre un grupo de ocho panaderos herreños avecindados en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Al menos desde entonces, esta lengua silbada no ha dejado de sonar por los riscos y dehesas de El Hierro, como medio de enfrentar la distancia y el aislamiento.
Te invitamos a adentrarte en la intrahistoria del silbo herreño de la mano de sus protagonistas.
Atardecer en el faro de Orchilla

Orígenes ancestrales

El silbido es el sonido más agudo e intenso que puede producir el ser humano. Por esta razón, es especialmente útil para las sociedades ganaderas que habitan en terrenos escarpados o densamente boscosos.
El Hierro es uno de los pocos lugares del mundo donde el silbido ha servido como medio para llevar más lejos la palabra, transformándose en silbo. No obstante, gracias a los testimonios de los viajeros, sabemos que esta práctica estuvo extendida por casi todas las Islas Canarias. Así pues, es posible que los libio-bereberes que poblaron el Archipiélago en torno al cambio de era trajeran consigo el lenguaje silbado, ya que, además, su uso pervive entre los bereberes de Marruecos.

Algunos Silbadores